El fundador de Cardano (ADA), Charles Hoskinson, dijo que el ecosistema de criptomonedas inevitablemente se volverá resistente a las computadoras cuánticas (post-cuánticas), pero que esto tendrá un costo serio.
Según Hoskinson, el verdadero debate no se centra en qué cambios deberían implementarse, sino en cuándo. El fundador cree que tomar medidas prematuras podría debilitar gravemente el rendimiento de las redes blockchain.
Hoskinson afirmó que ya existen las herramientas criptográficas necesarias para defenderse de futuros ataques cuánticos. En este contexto, mencionó los estándares de criptografía poscuántica publicados por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) de EE. UU. en 2024. Sin embargo, según Hoskinson, el problema radica en los costos de implementar estos nuevos protocolos antes de que los mineros y validadores estén listos.
Hoskinson afirmó que la criptografía postcuántica a menudo funciona hasta 10 veces más lento, los tamaños de las pruebas aumentan y la eficiencia general disminuye, y agregó: “Cuando la adoptas, esencialmente estás reduciendo la capacidad de transacción de la cadena de bloques al eliminar un cero”.
Si bien los investigadores generalmente coinciden en que computadoras cuánticas suficientemente potentes podrían algún día descifrar la criptografía actual, no existe un consenso claro sobre cuándo se materializará esta amenaza. Las estimaciones oscilan entre unos pocos años y más de una década. Hoskinson señaló que, en lugar de basarse en plazos de las empresas o en afirmaciones exageradas, la Iniciativa de Evaluación Comparativa Cuántica, llevada a cabo por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) de EE. UU., ofrece una referencia más fiable. Esta iniciativa prueba si los diferentes enfoques de computación cuántica pueden realmente producir resultados útiles. DARPA ha fijado el año 2033 como año objetivo para evaluar la viabilidad de la computación cuántica a escala de servicios públicos.
Hoy en día, la mayoría de las redes principales, como Cardano, Bitcoin, Ethereum y Solana, se basan en la criptografía de curva elíptica, que teóricamente podría ser descifrada por el algoritmo de Shor si surgieran computadoras cuánticas lo suficientemente potentes. Hoskinson afirmó que la industria sabe cómo abordar esta vulnerabilidad, pero el debate se centra en elegir entre dos enfoques criptográficos fundamentales. Por consiguiente, existe una bifurcación entre la criptografía basada en hash, preferida por Ethereum, y la criptografía basada en red, adoptada por Cardano.
La criptografía basada en hash, si bien ofrece sistemas de firma digital considerados seguros contra ataques cuánticos, se limita en gran medida a la firma de datos. La criptografía basada en red, por otro lado, admite tanto firmas digitales como cifrado, así como herramientas criptográficas más avanzadas, y se argumenta que ofrece una estructura más adecuada para el mundo poscuántico. Hoskinson afirmó que este método puede ejecutarse en procesadores gráficos y permite la reutilización de cientos de miles de millones de dólares en hardware ya construido para infraestructuras de inteligencia artificial.
Sin embargo, Hoskinson no abogó por un cambio de protocolo inmediato y radical en toda la red. En cambio, propuso una estrategia de mitigación de riesgos por fases. Esta incluía asegurar el historial del libro mayor de Cardano mediante la creación de puntos de control firmados postcuánticos utilizando soluciones como el sistema Mithril y la cadena lateral Midnight, centrada en la privacidad.
*Esto no constituye un consejo de inversión.