Un reconocido economista responde con firmeza a las afirmaciones de que “las subidas de los tipos de interés en Japón arruinarán el Bitcoin”

El economista Fred Krueger evaluó las preocupaciones globales en torno al aumento de las tasas de interés en Japón y su posible impacto en Bitcoin (BTC).

Krueger argumentó que los comentarios en las redes sociales que vinculaban el aumento de las tasas de interés de los bonos gubernamentales a 10 años (JGB) de Japón del 1% al 2% con escenarios como “colapso global” y “Bitcoin es el siguiente” eran incorrectos, señalando que la estructura económica de Japón es fundamentalmente diferente a la de Estados Unidos.

Según Krueger, Japón es una economía “singular” que ha vivido con tipos de interés cercanos a cero y políticas de expansión cuantitativa (QE) durante más de dos décadas, lo que ha resultado en una curva de rendimiento prácticamente aplanada. En este contexto, las compañías de seguros de vida, en particular Nippon Life, una de las instituciones financieras más conservadoras de Japón, se enfrentaron a un grave problema de rentabilidad. Estas instituciones no especulativas necesitaban una rentabilidad anual de aproximadamente el 2-3 % para cumplir con sus obligaciones de pensiones y seguros a largo plazo. Sin embargo, dado que los tipos de interés de los bonos del gobierno japonés (JGB) eran casi cero, les era imposible lograr esta rentabilidad a nivel nacional.

Por lo tanto, las aseguradoras japonesas recurrieron racionalmente a los bonos del Tesoro estadounidense y a los productos hipotecarios. Gran parte de su riesgo cambiario estaba cubierto en yenes. Hasta 2022, esta estrategia funcionó con relativa fluidez; los tipos de interés eran bajos tanto en EE. UU. como en Japón, y el coste de la cobertura del riesgo cambiario era limitado. El hecho de que los tipos de interés en EE. UU. fueran más altos que en Japón también pareció resolver el problema fundamental de rendimiento de las aseguradoras.

Sin embargo, este equilibrio se vio alterado cuando el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, elevó los tipos de interés por encima del 5 %. Los costes de cobertura cambiaria aumentaron rápidamente, y los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense se eliminaron casi por completo al calcularse en yenes. Krueger señaló que, en ese momento, las instituciones japonesas no entraron en pánico, no vendieron sus bonos del Tesoro estadounidense y simplemente suspendieron las compras.

Otro punto irónico que Krueger destacó fue la depreciación a largo plazo del yen. Durante la última década, el yen ha caído de aproximadamente 80 yenes frente al dólar a 160 en 2024. Mantener posiciones sin cobertura podría haber sido mucho más rentable durante este período. Sin embargo, las aseguradoras japonesas, instituciones reacias al riesgo que priorizan la protección de sus balances, continuaron con sus estrategias de cobertura. Por el contrario, el debilitamiento del yen ha aumentado significativamente los márgenes y la rentabilidad de exportadores japoneses como Toyota a lo largo de los años.

Según Krueger, el principal factor que obligó a Japón a subir los tipos de interés no fueron los mercados de deuda ni los “detonantes de bonos”, sino la inflación y los aumentos salariales. Tras décadas de deflación, con la inflación superando permanentemente el 2 % y los salarios comenzando a subir, la política de tipos de interés cero se volvió perjudicial para los ahorradores y las compañías de seguros. En ese momento, el Banco de Japón (BOJ) no tenía motivos para no subir los tipos de interés, aunque no quisiera hacerlo.

Krueger afirmó que, en esta etapa, Japón ha entrado en un proceso de normalización limitado, similar al de EE. UU. en 2018. Argumentó que las tasas de interés a corto plazo podrían aumentar hasta un rango del 1-2 % con el tiempo, pero no es posible una normalización completa de las tasas de interés, como la observada en las economías occidentales. A largo plazo, si bien EE. UU. y Japón podrían volver a converger en las tasas de interés a corto plazo, Krueger sugirió que se podría mantener una divergencia positiva en las tasas de interés a largo plazo, lo que permitiría la reanudación de las operaciones de carry trade, aunque de forma lenta y sin cambios drásticos.

En cuanto a Bitcoin, Krueger afirmó que no prevé que estos acontecimientos tengan un impacto repentino y drástico. Según él, no se trata de una crisis como la de 2008 ni de un colapso sistémico oculto; se trata de un lento proceso de normalización tras décadas de inestabilidad. De hecho, a largo plazo, no es del todo imposible descartar la posibilidad de que incluso las ultraconservadoras compañías japonesas de seguros de vida, que han luchado por obtener rentabilidades reales durante años, empiecen a considerar Bitcoin no como una herramienta especulativa, sino como un activo pequeño y de baja correlación en sus carteras.

*Esto no constituye un consejo de inversión.

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